martes, 6 de noviembre de 2007

ENFERMEDADES._

Estas dos primeras la definimos como enfermedades comunes: Varicela, paperas, rubeola, alergías. Luego las que más poseen los chicos de la calle son: Anemia. Parasitosis, bronquitis, sida, hepatitis, tuberculosis, escarlatina, sinusitis, por las diferentes actividades que realizan, por la falta de higienización, por la falta de conocimiento de cómo cuidarse, de cómo curarse, falta de conciencia, sobre todo de las edades más grandes o por que no tienen los medios necesarios para asistir a un hospital, o porque simplemente no les interesa cuidarse…

Enfermedades infecciosas, enfermedades causadas cuando organismos vivos como bacterias, virus, parásitos o partículas infecciosas llamadas priones invaden el cuerpo de un ser humano, un animal o una planta. Todos esos agentes son capaces de pasar de un individuo a otro por una gran variedad de rutas, provocando infecciones y enfermedades.
Ejemplos de enfermedades infecciosas son el sarampión, la varicela y la gripe, que están causadas por virus; las infecciones del tracto respiratorio superior, como los resfriados y las inflamaciones de garganta provocadas por las bacterias del género Streptococcus; y las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea, que están originadas por bacterias específicas. Ejemplos de infecciones potencialmente mortales son la meningitis, que está causada tanto por virus como por bacterias, y la difteria.

Un organismo infeccioso puede entrar en el cuerpo de varias maneras. Puede ser inhalado en forma de aerosol (como sucede con muchos virus causantes de resfriados y gripes); ingerido en aguas y alimentos contaminados (como el agente causal del cólera y las bacterias del género Salmonella); inyectado por un insecto hematófago (como los microorganismos responsables de la malaria y de la tripanosomiasis o enfermedad del sueño); o introducido en el cuerpo de una persona por el líquido corporal infectado de otra (como sucede con el virus de Ébola y con el virus de la inmunodeficiencia humana).

Varicela, enfermedad viral extremadamente contagiosa producida por el herpesvirus varicela-zóster. Propia de la infancia, sus síntomas son fiebre precoz, erupción de pápulas y vesículas, y alteraciones constitucionales leves. La fiebre suele aparecer 24 horas antes que la erupción. Ésta se produce en brotes centrífugos repetidos de pápulas rojas dispersas (empiezan por la cara y cuero cabelludo y se diseminan de forma progresiva por todo el cuerpo), que maduran después a vesículas umbilicadas. Al mismo tiempo que un brote finaliza, se está iniciando otro. Las lesiones cutáneas son muy pruriginosas; si se rascan, se sobreinfectan y dejan cicatrices en la piel. En algunos países se recomienda someter al enfermo a una cuarentena de 7 días tras la erupción.

La varicela no presenta gravedad en los niños sanos, pero puede ser mortal en inmunodeprimidos como los enfermos de leucemia o los sometidos a tratamiento con corticoides o quimioterapia. La enfermedad afecta a casi todos los niños y una vez pasada, se es inmune a ella, con lo que la mayoría de los adultos son inmunes; si no lo son, la enfermedad puede llegar a ser grave.

Paperas, enfermedad infecciosa aguda causada por un virus que afecta sobre todo al tejido glandular y nervioso, y que se caracteriza por tumefacción de las glándulas salivares. La distribución de la enfermedad es mundial y a veces se presenta en brotes epidémicos. La incidencia más elevada se produce entre los 5 y 9 años, aunque se puede padecer a cualquier edad. Debido a que la glándula a la cual afecta con más frecuencia es la parótida, también se conoce como parotiditis epidémica. Afecta muy pocas veces a las gónadas, las meninges, o el páncreas.

Las paperas se trasmiten de persona a persona a través de gotitas diseminadas a partir del tracto respiratorio de personas infectadas, muy contagiosas. El periodo de incubación varía entre 15 y 21 días. Las complicaciones son raras, y un episodio proporciona por lo general inmunidad total, ya que sólo un tipo antigénico de virus produce la enfermedad. En los niños, los primeros síntomas suelen ser fiebre moderada, sensación de enfermedad y frío, pérdida de apetito, y sequedad de garganta, seguidos de dolor y tumefacción alrededor de los oídos y fiebre elevada. Estos síntomas suelen desaparecer a los 12 días. En el hombre adulto se produce la inflamación de los testículos en un 20 por ciento de los casos, aunque la esterilidad es rara. En los niños, la infección del nervio auditivo es causa en ocasiones de sordera, aunque esta secuela es también poco frecuente.

Quienes sufren paperas se suelen mantener en cuarentena. Sin embargo, muchos padecen una forma tan leve que no es detectable, aunque sí adquieren inmunidad frente a la enfermedad. A mediados de la década de 1960 se introdujo una vacuna preventiva, y su uso ha reducido mucho el número de casos.

Faringitis
, inflamación de la mucosa de la faringe.

La faringe es la cavidad de la vía aérea y digestiva comprendida desde la base del cráneo hasta el inicio del esófago, formando la región posterior de las fosas nasales (rinofaringe), boca (oro faringe), epiglotis y laringe (hipofaringe o laringofaringe). La orofaringe, situada al ‘fondo de la boca’ y fácilmente apreciable al abrir ésta, es conocida popularmente como garganta.

Hay faringitis no infecciosas (traumatismos, inhalación de irritantes —ambientes cargados de humo de cigarros—, deshidratación al respirar por la boca, leucemias y linfomas), pero la mayoría lo son. Pueden ser virales, no tratables (como los casos de Influenzavirus —gripe—, Rhinovirus —véase Picornavirus—, Coxackievirus, Echovirus —véase Enterovirus—, Epstein-Barr, herpesvirus, el de la polio, paperas, varicela, viruela y rubéola, entre otros), o bacterianas, subsidiarias de tratamiento etiológico (Streptococcus, Haemophilus, Neisseria, Corynebacterium, Spirochaeta, Fusobacterium).

Los síntomas varían desde ‘sequedad en la garganta’ hasta intenso dolor que impide la deglución. La mucosa faríngea está inflamada, enrojecida, con congestión vascular, hipertrofia del tejido linfoide, y a veces exudado purulento (puntos de pus, típico de las bacterianas). Úlceras sólo se aprecian con las fusobacterias, sífilis y casos de inmunodepresión, y membranas en la difteria y la inmunodepresión.

El diagnóstico etiológico sólo se obtiene por cultivo del exudado faríngeo en las infecciones bacterianas (no siempre), que se tratan con antibióticos específicos. Para diagnosticar transmisión sexual es esencial la historia clínica. Las faringitis estreptocócicas duraderas y mal tratadas pueden desencadenar una fiebre reumática.

Anemia (del griego, 'sin sangre'), enfermedad de la sangre caracterizada por una disminución anormal en el número de glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes) o en su contenido de hemoglobina. Existen diversas situaciones clínicas en las que están disminuidas las cifras de hemoglobina o la cantidad total de glóbulos rojos, sin que se pueda hablar de anemia: por ejemplo en situaciones en las que aumenta el volumen plasmático circulante como ocurre en el embarazo, en esfuerzos físicos intensos, o en situaciones de deshidratación.
Los síntomas más comunes de la anemia son síntomas generales como decaimiento físico y psíquico, síntomas cardiorespiratorios como fatiga y palpitaciones, síntomas gastrointestinales como vómitos, diarrea o estreñimiento, síntomas neurológicos como cefalea, acúfenos, mareos o vértigo y alteraciones genitourinarias como amenorrea o pérdida de la libido.

Bronquitis,
inflamación aguda o crónica del árbol bronquial. Los bronquios son tubos de calibre grueso situados en el interior de los pulmones en comunicación con la tráquea, y encargados de conducir el aire a conductos de menor diámetro (bronquiolos) dentro de los pulmones. La bronquitis aguda se caracteriza por fiebre, dolor torácico, tos y expectoración mucoide a las vías altas del tracto respiratorio. La bronquitis aguda puede ser infecciosa (producida por una infección viral o bacteriana), o irritativa (producida por la inhalación de polvo o vapores irritantes). La bronquitis aguda puede propagarse a territorios más terminales del árbol bronquial, produciéndose una neumonía lobar o bronquial. La bronquitis crónica es una enfermedad de larga evolución que puede deberse a episodios repetidos de bronquitis aguda. Es una de las formas de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), siendo la otra el enfisema. Se define por la presencia de tos y expectoración al menos durante tres meses al año durante dos años consecutivos, así como cuadros inflamatorios y degenerativos en el árbol bronquial.

Hepatitis, inflamación aguda del hígado. Puede ser producida por una infección, habitualmente viral, por sustancias tóxicas o por fármacos. La sustancia tóxica que más daña el hígado es el alcohol: la ingestión excesiva aguda produce una hepatitis aguda, y la ingestión excesiva crónica produce en un primer momento un hígado graso, más adelante una hepatitis crónica y, por último, una cirrosis alcohólica. Los fármacos de eliminación o de metabolismo hepático pueden dañar los mecanismos bioquímicos de los hepatocitos —células hepáticas— originando una hepatitis aguda farmacológica y más adelante una hepatitis crónica similar a la de los tóxicos.

Hepatitis virales
Tipo de hepatitis
Agente causal
Mecanismo de transmisión
Periodo de incubación
Tratamiento

Hepatitis A
Virus ARN sin cubierta perteneciente a la familia Picornavirus.
Vía digestiva.
15-45 días
Medidas preventivas: higiene de los alimentos y del agua. Vacuna inactivada previa exposición.
Hepatitis B
Virus ADN perteneciente a la familia Hepadnavirus.
Transmisión parenteral, sexual, por sangre y de la madre al hijo.
30-180 días
Medidas preventivas: uso de preservativos en las relaciones sexuales, no compartir jeringuillas, etc. Vacuna recombinante. Interferón (eficacia 40%).
Hepatitis C
Virus ARN lineal, monocatenario parecido a los Flavivirus.
Transmisión parenteral, sexual, por sangre y de la madre al hijo.
15-160 días
Medidas preventivas similares a las de la hepatitis B. Interferón (eficacia 50%).
Hepatitis D
Virus ARN defectuoso que coinfecta con el virus de la hepatitis B.
Transmisión parenteral, sexual, por sangre y de la madre al hijo.
30-180 días
Desconocido.
Hepatitis E
Virus ARN monocatenario parecido a los Calcivirus.
Vía digestiva.
14-60 días
Higiene de los alimentos.


Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), conjunto de manifestaciones clínicas que aparecen como consecuencia de la depresión del sistema inmunológico debido a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Una persona infectada con el VIH va perdiendo, de forma progresiva, la función de ciertas células del sistema inmune llamadas linfocitos T CD4, lo que la hace susceptible a desarrollar cierto tipo de tumores y a padecer infecciones oportunistas (infecciones por microorganismos que normalmente no causan enfermedad en personas sanas pero sí lo hacen en aquellas en las que está afectada la función del sistema inmune).

En muchas ocasiones, los enfermos con SIDA no fallecen debido a la infección por el propio virus, sino como consecuencia de la aparición de infecciones oportunistas o de algunos tipos de tumores. Las infecciones se desarrollan cuando el sistema inmunológico no puede proteger al organismo frente a diversos agentes infecciosos que están presentes de forma habitual en el medio ambiente y que en circunstancias normales no provocan enfermedad.
La infección oportunista más frecuente en pacientes con SIDA es la neumonía debida a Pneumocystis carinii, protozoo que suele encontrarse en las vías respiratorias de la mayoría de las personas. Es habitual la asociación del SIDA con la tuberculosis y otras neumonías bacterianas. En la última fase sintomática de la enfermedad la infección por Mycobacterium avium puede causar fiebre, pérdida de peso, anemia y diarrea. Ciertas infecciones provocadas por bacterias del tracto gastrointestinal también pueden cursar con diarrea, pérdida de peso, anorexia y fiebre. También son comunes, durante las fases avanzadas, las enfermedades causadas por distintos protozoos, especialmente la toxoplasmosis del sistema nervioso central.

Las infecciones por hongos también son frecuentes en pacientes con SIDA. La infección mucocutánea por Candida albicans suele ocurrir en fases tempranas y anuncia el inicio de la inmunodeficiencia clínica. El Cryptococcus es la causa principal de las meningitis que desarrollan los enfermos de SIDA.

Muchos pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida desarrollan, además, tumores. Los más comunes son los linfomas de células B y el sarcoma de Kaposi. El linfoma es una manifestación tardía de la infección por VIH y se desarrolla cuando la función de defensa del sistema inmunológico está muy alterada. Puede afectar a cualquier órgano, principalmente al sistema nervioso central. El sarcoma de Kaposi es una neoplasia multifocal que se caracteriza por el desarrollo de nódulos vasculares en piel, mucosas y vísceras. Es una manifestación precoz de la infección por VIH y puede aparecer con recuentos normales de linfocitos T CD4. Es la neoplasia más frecuente en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana y es habitual la aparición de lesiones cutáneas de color rojo o púrpura. También es típica la afectación directa del sistema nervioso por el virus VIH, lo que da lugar a un cuadro de demencia-SIDA (encefalopatía por VIH).


...el contagio del VIH se produce por vía sexual, sanguínea y de la madre al feto o al recién nacido.

El VIH se transmite por contacto directo y para ello es necesario la presencia de una cantidad suficiente de virus. Esta proporción sólo existe en el semen y otras secreciones sexuales (flujo vaginal), en la sangre contaminada y, en menor cantidad, en la leche materna. El virus penetra en el organismo del individuo sano y entra en contacto con la sangre o las mucosas. Por lo tanto, el contagio del VIH se produce por vía sexual, sanguínea y de la madre al feto o al recién nacido.

El conocimiento de las vías de transmisión del VIH permite adoptar medidas que eviten la extensión del virus en la población. En las relaciones sexuales coitales con sujetos infectados el método más eficaz de prevención es el empleo correcto de preservativos. En los casos de consumidores de drogas hay que evitar compartir el material que se utiliza para la inyección intravenosa. Para reducir la incidencia de la transmisión por accidentes laborales en el personal sanitario es conveniente el empleo de instrumental desechable adecuado, así como de guantes y gafas protectoras. En cuanto a las mujeres infectadas en edad fértil es muy importante que reciban toda la información disponible respecto a la posibilidad de transmitir el VIH al feto, y por tanto de la conveniencia de adoptar las medidas necesarias para evitar un embarazo (véase Control de natalidad). La transmisión del virus a través de la leche de la madre contraindica la lactancia materna, por lo que se


Escarlatina, enfermedad infecciosa producida por cepas de estreptococos hemolíticos del grupo A que son responsables también de las faringoamigdalitis estreptocócicas. La bacteria penetra en el organismo a través de la nariz o la boca. Se transmite de persona a persona por contacto directo, es decir, por la difusión de gotículas procedentes del tracto respiratorio de una persona infectada, o por contacto indirecto, a través del uso de utensilios que previamente han sido manipulados por el individuo infectado. La enfermedad se observa preferentemente en niños entre los dos y los diez años.

Los síntomas típicos iniciales de la enfermedad son cefalea, dolor de garganta, escalofríos, fiebre y malestar general. Dos a tres días después de la aparición de los primeros síntomas se observan manchas rojizas en el paladar y una tumefacción rojo brillante de las papilas de la lengua, que recibe el nombre de lengua aframbuesada por su aspecto característico. En el tronco aparece una erupción cutánea típica que se suele extender a toda la superficie corporal con excepción de la cara. La erupción palidece con la presión. La fiebre, que con frecuencia se eleva entre 40 ° y 40,6 2°C, dura sólo unos pocos días, aunque se puede prolongar durante una semana o más. La erupción suele palidecer aproximadamente al cabo de una semana, y en ese momento la piel se empieza a descamar.

La escarlatina se puede complicar con una infección de las celdas mastoides del oído medio o de los senos craneales, o incluso con una neumonía. Después de la escarlatina se produce en ocasiones una inflamación renal (nefritis glomerular). Sin embargo, desde la introducción de la penicilina, la mayoría de los casos se curan sin secuelas permanentes.

Tétanos,
enfermedad grave del sistema nervioso causada por la infección de heridas por el bacilo Clostridium tetani. Este germen, al multiplicarse, produce grandes cantidades de una toxina muy potente que origina espasmos musculares graves. El bacilo es ubicuo, abunda en el suelo de las calles y en la tierra de cultivo. Penetra en el organismo por las heridas. Es un germen anaerobio, es decir, se reproduce en ausencia de oxígeno. Prolifera en las heridas sucias, penetrantes, sinuosas o con gran cantidad de tejido muerto o desvitalizado.

El periodo de incubación oscila entre dos semanas y varios meses y es más corto cuanto mayor sea la contaminación de la herida. Los primeros síntomas son la cefalea y la depresión, seguidos por dificultad para tragar y para abrir la mandíbula por completo. Se desarrolla rigidez de forma progresiva en el cuello y un espasmo gradual en los músculos de la mejilla que hacen aparecer la cara con una sonrisa sardónica característica. Los espasmos se extienden después a otros grupos musculares del organismo, y llegan a afectar a los músculos respiratorios causando la muerte.

El tratamiento consiste en: completa limpieza y desbridamiento (separación de los tejidos desvitalizados) de la herida para eliminar los clostridios, uso de antibióticos (penicilina), neutralización de la toxina con antitoxina, reducción de los espasmos musculares y asistencia respiratoria. El 60% de los casos establecidos de tétanos son mortales a pesar del tratamiento. El enfoque actual del tétanos se basa en la profilaxis, muy efectiva: debe vacunarse a todos los niños y a toda la población de riesgo (agricultores, trabajadores de la construcción, soldados, deportistas que practican el montañismo o excursionistas habituales). La vacunación consiste en la administración de tres inyecciones del toxoide tetánico (toxina inactivada por el calor) y dosis de recuerdo cada cinco años. Una dosis de recuerdo también es conveniente cuando existen heridas de riesgo. La vacunación infantil suele asociarse a las vacunas de la tos ferina y difteria (vacuna trivalente DTP —difteria, tétanos y pertussis—) y a la de la polio. En el paciente no inmunizado que presenta una herida, debe iniciarse un ciclo de inmunización estándar y aplicarse una inyección de gammaglobulina antitetánica (anticuerpos contra el bacilo que actúan hasta que el organismo pueda crear sus propias defensas frente a la toxina, lo cual suele tardar veinte días).

Sinusitis
:
Se cree que alrededor del 0,5% de los resfriados comunes evolucionan a sinusitis. La infección también puede aparecer si entra agua contaminada en los senos, como por ejemplo, cuando se bucea en estanques o ríos. Las infecciones de los senos pueden deberse a bacterias o virus y pueden resultar infectados uno o más senos. Cuando la infección afecta a todos los senos se denomina pansinusitis. La inflamación de la mucosa de los senos está producida por la infección y hace que las secreciones se acumulen y las bacterias proliferen en el moco.

Se produce un dolor sordo (se describe en ocasiones como un peso o presión), que empeora cuando se mueve o inclina la cabeza. El dolor aparece en zonas diferentes de la cabeza dependiendo de los senos que estén afectados. El dolor en la frente y mejillas con entumecimiento ocasional en los dientes está producido por una infección maxilar. Cuando los senos etmoidales se infectan, aparece dolor por detrás y entre los ojos y nariz. El dolor alrededor de los ojos y frente se debe a infección de los senos frontales.

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